Inteligencia Artificial: ¿Es necesaria una política que la regule?

Hoy la innovación tecnológica ha dado un paso histórico que marca un nuevo precedente en la historia de la humanidad: la Inteligencia Artificial (IA) y su impacto en la realización de tareas de alta complejidad. Un modelo de tecnología emergente y disruptiva, cuyos alcances sobrepasan los límites de la imaginación. Su naturaleza global resulta cada vez más incuestionable, mediante su uso y apropiación en las industrias, empresas y centros educativos, desde donde galopa a ritmos inesperados.  

Por ello, algunos expertos que también han considerado sus diversos usos, pero además, el alcance sustancial que puede tener mediante la puesta en marcha de capacidades -potencialmente superiores y desfavorables- para ejercer dominios sobre la opinión pública, o el control desmedido que las grandes empresas tecnológicas podrían tener sobre determinados sectores, o la falta de transparencia, e incluso, el potencial reemplazo de las tareas más desafiantes lideradas por seres humanos, abren paso a la siguiente incógnita: ¿Esta revolución tecnológica, que sí bien trae consigo algunos riesgos considerables, obliga a los Estados a establecer mecanismos que controlen o regulen sus alcances?

En Colombia se han venido desarrollando importantes avances en este sentido, en tanto que el Estado colombiano ha adoptado una serie de medidas que desde el año 2022, convierten al país en uno de los territorios pioneros en la región, por liderar un marco ético para la Inteligencia Artificia (IA) desde el sector público y privado, en consonancia con lo dispuesto a nivel mundial por la UNESCO. 

Desde el Gobierno central se promueve un uso adecuado de ésta práctica, para la formulación y ejecución de proyectos, a partir de los criterios fijados por las normas internacionales, en aras de garantizar la transparencia, la seguridad, la no discriminación, la inclusión y el bienestar social. Luego, Colombia se consolida como un país líder en el desarrollo tecnológico y científico, donde las tecnologías están al servicio de la generación de empleos, el desarrollo económico y ambiental y la sostenibilidad a gran escala. 

Por lo demás, “El Marco Ético Mundial” trazado por la UNESCO, se constituye en uno de los principales referentes normativos para proporcionar las garantías necesarias para la vigilancia y transparencia de la Inteligencia Artificial, que hoy ha sido adoptado por los 193 Estados que conforman la organización. 

La protección de datos, los derechos humanos consagrados en los acuerdos internacionales, la privacidad, la conservación ambiental y la fiabilidad de la información; son algunas de las recomendaciones que, desde un enfoque político y regulatorio, se buscan preservar o promover desde todas las regiones del orbe y Colombia se consagra como un agente activo de este importante llamado.