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La ciberdelincuencia: identificarla y hacerle frente sí puede ser posible

Imagen de manos de un ciberdelincuente con guantes negros digitando un teclado de un portátil encendido.

La ciberdelincuencia tiene lugar a partir de aquellos delitos que son ejecutados a través de internet y las tecnologías digitales que vulneran la seguridad de las empresas o de las personas y que atentan contra sus derechos y sus libertades. Pero lo cierto es que también existen medidas que pueden ayudar a mitigar o contrarrestar considerablemente estos flagelos. Desde la Agencia Nacional Digital te sugerimos algunas recomendaciones. 

Lo primero es aprender a identificar cuando se está frente a un posible caso de ciberdelincuencia. La primera de ellas y una de las más frecuentes es la suplantación de identidad: ésta puede tomar forma a partir de la sustitución o falsa identidad que asume el delincuente. Con este tipo de modalidad el atacante intenta engañar a su victima en nombre de un tercero, por ejemplo: bancos o instituciones financieras para tener acceso a la información personal de su víctima que ponga en riesgo su patrimonio. 

Como segunda forma, encontramos el ciber-acoso y como su nombre lo indica, es aquel que da lugar a la intimidación a través de mensajes, fotos o videos con los que se amedranta y vulnera en muchos casos a menores de edad que no llegan a estar plenamente conscientes de que están siendo víctimas de un delito. La UNICEF ha expresado que en muchos casos “El ciber-acoso deja una huella digital; es decir, un registro, que puede servir de prueba para detener el abuso”. 

Tercero, la ciber-extorsión. Una modalidad en la que se obliga a un individuo o a una persona a través de medios digitales o tecnológicos a realizar acciones en contra de su voluntad para que favorezcan a terceros. La mayor parte de las veces el objetivo suele ser de carácter económico. Y en esta modalidad –como en las anteriores—tampoco suele existir un contacto directo o personal entre la víctima y su victimario, todo ocurre de manera virtual. 

Y, por último, encontramos el ciber-espionaje, cuyo delito se materializa a partir del uso inapropiado de las tecnologías para franquear, transgredir o violar las barreras de acceso a información de valor. Este tipo de flagelo por lo regular suele poner en riesgo la seguridad y la economía de los gobiernos o los Estados. 

Por eso es importante que siempre tengas presente las siguientes consideraciones: sí te llega un correo a tu cuenta personal diciendo que tienes que modificar o cambiar tu clave, no hagas click en el enlace. Más bien llama a tu banco de manera inmediata y comunícate directamente con un asesor. 

Por otro lado, siempre evalúa bien y reconsidera la opción de realizar compras en internet a través de sitios web desconocidos. Así mismo, es importante que cuides tus finanzas por internet, por eso verifica siempre que en la dirección del sitio web aparezcan estas letras: https://. 

Resulta necesario tener en todo momento un software actualizado y que no tenga nada que afecte su seguridad, sobre todo para el caso de las empresas. Para estos ataques cibernéticos es indispensable realizar copias de seguridad de los archivos más importantes frente a una amenaza informática.

Siempre desconfía de los correos electrónicos que tengan archivos adjuntos o enlaces desconocidos. Utiliza o emplea siempre claves robustas que no sean las mismas para otras cuentas y cámbialas con relativa frecuencia. No todas las veces es aconsejable conectarse a las redes de wi-fi gratuitas.  

Ten en cuenta que Colombia ha sido uno de los países más atacados por la ciber-extorsión en América Latina y estar bien informados es el principio para salir avante de esta situación.  

La ciberdelincuencia: identificarla y hacerle frente sí puede ser posible

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