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La ética de la Inteligencia Artificial

Imagen de tres personas en una oficina felices compartiendo.

Ante los desarrollos y alcances recientes de la Inteligencia Artificial —IA—, diferentes sectores de la comunidad científica en todo el planeta, coinciden en establecer unos parámetros para hacer un uso ético de esta herramienta, específicamente en lo que concierne al ChatGPT.  

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura —UNESCO— extendió un llamado en el que pide de manera categórica a los países que apliquen sin demora su “Recomendación sobre la ética de la Inteligencia Artificial”.  Este es un Marco Ético Mundial, al que se adhieren por unanimidad los 193 Estados miembros de esta importante organización. 

En ese orden, establecer unos lineamientos éticos resulta de vital importancia, dado que, el uso y apropiación de esta herramienta no debe ser otro que el de maximizar los beneficios sociales y minimizar los riesgos a los que puedan estar expuestos los ciudadanos digitales, sobretodo, en lo concerniente a la lucha contra la discriminación; desigualdad de género; desinformación y medio ambiente; como es factible dentro de un Estado Social de Derecho. 

Importantes líderes de la industria tecnológica, representantes de los gobiernos, organizaciones civiles y de la academia, también han levantado su voz desde los diferentes rincones del orbe, para establecer límites a partir del impacto social que la Inteligencia Artificial podría generar en el presente y en el futuro más inmediato. Preocupaciones en torno a una falta de transparencia, un eventual predominio de la desinformación y el control desmedido que las grandes compañías tecnológicas podrían asumir frente a los monopolios y los intereses económicos, por encima de la dimensión humana y ambiental; no se han hecho esperar.

Por lo anterior, resulta imprescindible seguir liderando acciones frente al uso ético de esta herramienta innovadora, para impedir una práctica fraudulenta o ilegal que atente contra la privacidad de los usuarios. Desde el Estado colombiano el uso de esta herramienta se enmarca a partir de los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad, tanto desde la esfera pública como privada, y su seguimiento y monitoreo en materia de resultados se realiza de manera constante y en beneficio de todos los ciudadanos. 

La ética de la Inteligencia Artificial

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